Nunca me he tomado el tiempo para escribir sobre el autor, que considero, más influye en mis ganas de volcarlo todo en papel, o al menos en un pantalla. Hasta ahora.
Recuerdo haber descubierto a Bayly durante mi agitada adolescencia, - mucho antes de convertirme el el fracaso de adulto que hoy soy- luego que un ex-compañero de colegio me prestara uno de sus libros "Los Amigos que Perdí". Yo, al autor, ya lo conocia por sus divertidísimas incursiones en TV como invitado en estelares, y me parecía un tipo muy interesante e inteligente, con un sublime sentido del humor. El libro me pareció de lo más conmoverdor -está compuesto por una serie de extensas cartas dirigidas a sus amigos, quienes terminaron su amistad con él, debido a que Bayly usó a algunos sus amigos como personajes de sus novelas, cosa que suele suceder en el mundo narrativo- creo que hasta lloré con el libro debido a que alguna de las cartas tenía una gran similitud con un episodio de mi vida. La lata era que yo deberia haber leido los otros libros antes, en los que se pega los cagazos. No este donde pide perdón. Bueno, en fin..
Luego, en mi paso por el liceo, me dediqué a abusar de la biblioteca, como no me interesaba mucho hacer amistades en alquel recinto, me encerraba en la biblioteca en los recreos y el encargado me dejaba entar a las estanterias. Yo, que jamás habia visto tanto libros juntos, no sabía por quién empezar. Creo que que en esa biblioteca, aún hay libros que sólo han sido leido por mí. Para mi sorpesa en las estanterias me encontré con un libro de Jaime Bayly lascivamente titulado "La noche es virgen" Y, yo con 16 años y toda la curiosidad del universo, me lo llevé.
La novela trata sobre un presentador de tv peruna drogadicto y homosexual, aunque no del todo gay, quien durante el desarrollo de la obra va contando y especificando sus preferencias por diferentes hombres y mujeres, quienes le gustan, a quienes quiere como hermano, sus encuentros con drogas, etc. La historia tiene semejanzas con la vida del autor, así es que tal vez sea autobiográfica. El nunca lo ha desmentido. La verdad es que de un momento el libro de choqueó bastante por sus detallados y explicitos relatos de encuentros sexuales.
Recuerden que yo era solo un teenager.
Mi tercer y demás encuentros con Bayly los tuve en la universidad, donde el mar de libros me arrojó uno llamado "No se lo digas a nadie" que narra la trayectoria personal de un pendejo de la más acomodada burguesía limeña, el cual descubre, en un contexto familiar donde el más brutal machismo y clasismo coexisten con la ingenuidad, su propia identidad homoerótica, que le lleva, no sin algún episodio de ocasional heterosexualidad, a la espiral de la drogadicción, en el ámbito de los "coqueros" y al borde mismo de la prostitución masculina urbana. Sin embargo, el protagonista no es devorado por el mundo de la marginalidad, y, al aceptarse a sí mismo, convierte su conflictiva ruta, alejada ya de la droga, en un afirmación serena de la condición que le define. Esta novela es mi preferida dentro de las demás de Bayly, si bien es su primera obra, posee una ternura y siceridad apabullante. Esta no es una novela gay, sino que es una historia sobre lo difícil que es crecer en una sociedad que constantemente esta tentádote para que sucumbas.
Por supuesto que no toda la obra de Bayly es queer, su novela "Los ultimos dias de la prensa" es toda una odisea en un periodico popular y muy comica, por cierto, cuando la leí, se me vino a la mente "Tinta Roja de Fuguet. Coincidencias.
Bueno, en otra oportunidad escribiré mas sobre este fascinante autor que no tiene un pelo de intelectual y que se las arregla para ser celebridad, columnista politico, novelista, padre, bisexual, presetador de TV.
Hoy el el primer día de paro en mi universidad. Tengo que confesar que ver a tanto mechón revolucionario junto, con sus morrales altiplanicos, sus peinados upeístas, sus barbas y esa extraña costumbre de denominar a cualkiera como "compañero"; me resulta un tanto irritante. Pero no solamente irritante por su mera forma o por una maña del que escribe, sino que porque honestamente creo que al ser parte a una universidad con un fuerte sentido social y político, se adquiere, al parecer automaticamente, unos mas otros menos, un aire combativo. Lo digo porque a mi me pasó, pero supe manejarlo. Jamás llegue a usar tenida combativa como algunos, pero si arraqué de la policia en su momento, pero era mera diversión. Nunca se me pasó por la cabeza gritar alguna consigna o tirar una piedra. Pero hay otros que descubren una veta guerrillera en sus personalidades que no conocían, y seguramente nunca pesaron en desarrollar. Pero, ¿hasta qué punto este sentimiento revolucionario-guerrillero es sincero?
